La fotografía en blanco y negro se considera ahora algo de la antigüedad, algo que se ha quedado atrasado, sustituido por tecnologías más recientes. Pero al eliminar el color de una fotografía se ve su realidad más natural y brusca, se ve el dolor y tristeza de las mantillas en Semana Santa o el aburrimiento de una niña en su estado más puro. La fotografía en blanco y negro muestra la vida tal y como es.
Esa es la filosofía que tiene Cristina García Rodero, una mujer puertollanense que ha recorrido el mundo, cámara en mano, captando los rituales y celebraciones de distintos países desde España hasta la India.
Sus fotografías de España nos muestran un folklore y una religiosidad rural donde su principal protagonista es la mujer en todas sus edades: desde las niñas que esperan aburridas o se entretienen jugando; las mujeres ya adultas que viven las celebraciones emocionadas o con gran devoción; hasta las ancianas, sus abuelas que, obligadas por la tradición, quedan relegadas a simples observadoras.
Con su cámara Cristina ha llegado a los lugares más lejanos de nuestro país, fotografiando las muestras de espiritualidad de distintas culturas como las de Haití o la India. Aquí las mujeres también mantienen su importancia en el carrete de Cristina García, pero nos muestra una nueva visión con los hombres en el centro del enfoque. La manchega ha conseguido en varias ocasiones fotografiar rituales en los que exclusivamente participan hombres, dándonos una visión femenina de las celebraciones que ellas nunca han podido presenciar, anteponiendo en ocasiones el resultado a su seguridad.
Gracias a su labor ha recibido múltiples premios y se convirtió en 2005 en la primera española en formar parte de la Agencia Magnum, una célebre agencia internacional de fotografía. Ha sido la primera mujer “doctoris causa” de la Universidad de Castilla-La Mancha, recibiendo el título en 2018; además, en abril de este año será galardonada con el Premio de Honor de la Facultad de Humanidades de Albacete.
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