Hoy, 11 de agosto de 2024, se clausuran los XXXIII Juegos Olímpicos, que se han celebrado en París desde el 26 de julio. Estos juegos pasarán a la historia porque, por primera vez, ha habido paridad de género; es decir, ha participado el mismo número de hombres que de mujeres. En total han sido 5.250 atletas de cada sexo. Además, en esta convocatoria, las mujeres han podido competir en todas las disciplinas.
Pero sigue habiendo discriminación y desigualdad de sexo en varios aspectos; por ejemplo, en la vestimenta. Ellas se ven obligadas a llevar prendas muy escuetas y ajustadas (casi como en ropa interior), mientras que ellos lucen pantalón corto y camiseta, como toda la vida. Las críticas han sido un clamor al considerar que, a través de la ropa, se utiliza a las mujeres como objeto sexual. Esto es solo un ejemplo. En realidad, queda un largo camino por recorrer para llegar a la igualdad.
Los Juegos Olímpicos tienen su origen en la Grecia clásica. Consistían en una serie de pruebas atléticas en las que participaban representantes de las diferentes ciudades-estado, en que se dividía Grecia. Se realizaban cada cuatro años en la ciudad de Olimpia en honor a Zeus, dios supremo del Olimpo. Solo podían competir hombres libres que hablaran griego. Se celebraron desde el año 776 a. C. hasta el año 393 d. C. en que el emperador romano, Teodosio, adoptó el cristianismo como religión oficial y prohibió los juegos por considerarlos paganos.
Un pedagogo francés, el barón Pierre de Coubertin, había conseguido en 1894 que se creara el Comité Olímpico Internacional (COI). Esta iniciativa propició la celebración de los primeros Juegos Olímpicos de la edad moderna en Atenas, el año 1896, emulando los juegos de la antigua Grecia. El barón no permitió la participación de las mujeres; desde su punto de vista las mujeres atletas serían poco prácticas, poco interesantes, antiestéticas e inapropiadas. El Papa Pío X apoyó esta postura con la siguiente máxima: “Si eres una mujer con aspiraciones a participar, no solo eres una libertina, sino también una pecadora”.
Los segundos JJOO tuvieron lugar en París, en el año 1900, coincidiendo con la Exposición Universal y, por primera vez, se admitieron mujeres; participaron 997 atletas de los cuales 22 eran mujeres, que compitieron en tenis, vela, cricket, equitación y golf, modalidades que se consideraban compatibles con la feminidad. Charlotte Cooper se alzó con dos medallas de oro en tenis, convirtiéndose en la primera campeona olímpica de la historia. Para jugar, Charlotte Cooper, llevó un vestido largo hasta los pies, cuello alto y corbata.
Poco a poco, las mujeres fueron alcanzando cotas deportivas muy altas, consiguiendo que se las valorara como grandes atletas: medallistas fuertes, decididas y luchadoras.
Este año, 2024, en los Juegos Olímpicos de París, se ha logrado la paridad de sexo en la participación, pero no la igualdad; queda pendiente, entre otras cosas, que no se degrade a la mujer en la vestimenta.
Comments